El país de los mil colores ofrece al viajero vivir una auténtica experiencia sensorial. Desde que uno aterriza es capaz de percibir su olor a especias, al ganado que se puede ver por sus calles o de su deliciosa gastronomía, que se puede degustar en muchos de los mercados. Su calor casi es palpable, aunque el tacto más agradable es el de la sed...
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